De repente, aparecio un camioncito de la municipalidad con un enjambre de obreros quienes muy diligentemente plantaron un lindo recuerdo en medio de la plaza:
Inmediatamente, procedieron a decorar los bordes de la plaza con la ya ubicua pintura amarilla, y y cubrieron de gris las lineas de estacionamiento permitido que ellos mismos habian puesto hace un tiempo atras.
Pero que creen, la cosa no termino ahi, por que junto con los trabajadores, letreros, cemento y pintura, venia la grua!
Aun no secaba la pintura del que hasta hacia escasos minutos era un estacionamiento autorizado, y ya querian comenzar a levantar a cuanto vehiculo estaba parqueado en la zona!
Si no fuera por el reclamo de los conductores y transeuntes, estos angelitos hubieran llenado el deposito municipal...
